sábado, diciembre 17, 2005

De los olores dueños





el Don

Ya ni los detalles rondean la soledad,
ellos también han caído en el tedio y costumbre.
Fondista de las malas rachas, tendedero del supino.
Así te he quirido ver rezonga un ciego muy joven aún para su edad.
Todos los cantos y las cuerdas ya como una piel
bien de mimetismo, mal por mí.
Recrea el mito sus cavilaciones, dicen los sabios ya esto ya se escribió.
Ni sabio ni viejo ni árbol ni hijo ni tú ni las que suelen hablar.
Dijiste de mí lo que el mar poco y de a poco sabía,
porque ya no tengo ritmo ni las nubes me dibujan.
El tiempo me desconoce y ya no me encuentran.
...