jueves, octubre 29, 2009






El hombre escribe su discreto mundo.

El hombre no araña pulsos ni famas.

El hombre come lo que no le corresponde a nadie.

El hombre vive donde a nadie lo recibieron.

El hombre duerme cuando el resto ya soñó.

El hombre vuelve más desnudo, ya sin él siquiera. Sin un apenas.

El hombre ya no existe,

El hombre aún no puede descansar.

El hambre habita al hombre,

y su nombre despierta la carne desempleada,

su réplica un vicio por regar

y dos fieles obreras por debutar

en un escenario irrescatablemente vivo,

de hálito dinámico,

y ritmos irrepetibles.




.

1 Comments:

Blogger Leonor said...

Y el hombre busca en las letras lo sagrado que a veces no cabe en toda la ciencia.
Hay que reescribirse cada día.. armarse desde los huesos hasta la piel... la humanidad no concibe soledades...

10/30/2009 3:18 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home